martes, 17 de febrero de 2015

Si yo pudiera…



Estamos en año electoralísimo; Elecciones para todos los gustos.

Empezaremos en Andalucía el 22 de marzo, seguiremos con las municipales y autonómicas el 24 de mayo, las llamadas “plesbicitarias” de Cataluña el 27 de septiembre y terminaremos con las nacionales, que se deben celebrar entre el 20 de noviembre y el 17 de enero como fecha limite según lo previsto en el articulo 68 de la constitución.

Las formaciones políticas cierran filas en torno a sus líderes, a veces electos y a veces impuestos y abren despachos para sentarse con sus antagonistas a debatir el reparto de poder y de sillones necesario para poder gobernar en el caos electoral en el que estamos envueltos.

Claramente el bipartidismo ha muerto y ahora nos encontramos con una fuerza política que mantiene un respaldo considerable, a pesar del desgaste sufrido en los años de legislatura, el Partido Popular, y un cúmulo de fuerzas repartidas entre Podemos, Partido Socialista Obrero Español, Ciudadanos, Unión, Progreso y Democracia e Izquierda Unida. Otras muchas marcas electorales no conseguirán tan siquiera representación.

Un inmenso presupuesto se dilapidará en este año en arengar a los partidarios de las distintas fuerzas, en asistir a cualquier acto publico que permita una foto amable, en besos a desconocidas y desconocidos, en selfies con niños en los brazos, sonrisas en las bocas y besos de judas, en mítines a ellos mismos, llenos de banderas de su color politico, en un ejercicio de egolatría programada para hacer grande cada uno a su candidato.

Falsas promesas, palabras vacías y malvadas críticas a cualquiera de las otras partes serán los discursos que no nos cansaremos de oír. Todos serán los inventores y los garantes de la libertad y los derechos y los otros unos detractores o unos populistas. Todos prometerán el cielo y al final nos expulsaran del paraíso.

Dará igual que sean mentiras que verdades, los asesores de imagen y los directores de campaña decidirán lo que nos tienen que contar y como nos lo tienen que contar y cada uno de ellos se someterá a ese programa que es el verdadero programa electoral, el que debe permitirles llegar al gobierno, sea municipal, autonómico o estatal.
 
Después, harán lo que tengan que hacer, que eso ya lo determinan otras fuerzas que durante las campañas están ocultas. Las grandes empresas de energía, los fondos buitres, las grandes farmacéuticas, los lobbys de presión, las iglesias y las creencias, la gran banca, las fuerzas vivas de las finanzas, los intereses de los acreedores y un buen número de corruptos son los que determinarán la nueva forma de gobierno. Esto es la verdadera democracia, donde el que paga, manda…


Vótame, nos dirán una y otra vez mientras nos muestran su mejor cara, que cuando llegue al poder te prometo que… nada. Promesas vacías. Cuando estén alli solo harán aquello que les venga impuesto por otras más altas instancias.



Si yo pudiera, les pediría el programa de lo que piensan hacer, cuando y como, pero en documento publico, con un acta notarial de obligado cumplimiento que los forzara a cumplir o irse.

Si yo pudiera les pediría menos mítines y mas desarrollo de las propuestas, menos besos falsos, menos baños de multitudes, más tocar suelo y menos criticar, que no se amparen en los errores de otros y que nos anuncien cuales serán sus aciertos, que sean claros, concisos y objetivos, que sean leales con el pueblo, que de verdad intenten, aunque no todo lo consigan, arreglar el desaguisado social en el que nos encontramos.

Si yo pudiera, les pediría que pensaran en las necesidades del pueblo, que deshagan pactos suicidas, que luchen de verdad por las  libertades, que repongan el estado del bienestar, que industrialicen la piel de vaca, que creen tejido industrial y empresarial en vez  de chiringuitos, que formen mejor a los jóvenes, que les den oportunidades de desarrollo aquí, no en Alemania o en Inglaterra, que ayuden de verdad a la pequeña y mediana empresa como motor económico de nuestra tierra, que faciliten el acceso al mercado laboral, que normalicen salarios y cotizaciones y no solo los impuestos con respecto a Europa, que impidan las injusticias, que equilibren impositivamente a los que más ganan y los que mas pierden…

Y si para eso hay que tomar medidas drásticas, que las tomen. Que  impidan que los bancos desahucien personas y que obliguen a buscar cuotas de entendimiento y económicas que se puedan cumplir, que impidan que la factura de la luz deje en la pobreza energética a buena parte de las familias españolas, que asuman los comedores sociales como un problema de estado, que protejan a los más débiles, que garanticen la universalidad de la sanidad para todos los ciudadanos, que impidan el exagerado lucro de las farmacéuticas, que garanticen la atención a los enfermos y a los dependientes, que impidan la discriminación y que penen seriamente las actitudes extremófilas, que no persigan y castiguen a los que vienen buscando un mundo mejor y que ayuden a que sea mejor su mundo, que no apoyen guerras y que fabriquen menos armas aunque sean un buen negocio, que pacten con el pueblo y no se sometan.

Si yo pudiera, les pediría que, aunque solo fuera por el tiempo que gobiernen, se olvidaran de grandilocuencias y fueran, aunque solo lo fueran un poquito, más humanos…

¿Podré?

Lo dudo...

La política, esta política que sufrimos, es el arte de engañar al pueblo, de las falsas promesas, del refugio de los corruptos, del gasto desmedido e incontrolado en grandes obras y rotondas que riegan comisiones, de tarjetas negras y de todos los colores, de la imposición injusta a los que menos tienen y de leyes que favorecen los dineros oscuros que manejan, de paraísos fiscales e infiernos terrenales, de injusta justicia, de sanidad enferma, de mala educación, de favores y favorecidos, de discriminación y desprotección de quien lo necesita, de discursos vacíos y de opacidad.

Largo año nos espera… y decisivo.

Jose Ramiro, bloguero



jueves, 12 de febrero de 2015

Espectro visible y espectros invisibles



Rojos y azules

Siempre se identifican estos colores como la expresión visual de una identidad política, azules a la derecha y rojos a la izquierda, aunque esa clasificación, originaria según parece de los tiempos de la revolución francesa, en realidad pretendía distinguir a los partidarios de los de sangre azul (reyes y señores de la corte, con sus riquezas y privilegios) de los de sangre roja (el pueblo, siervos de sus señores y que por entonces no tenia nada de soberano).

Es evidente que en su concepción original, no significaba derecha e izquierda sino arriba y abajo, los que mandan y los que obedecen, aunque el paso del tiempo (y la guillotina, que vino a demostrar que la sangre que fluye por nuestras venas es siempre roja, seas del estrato social que seas), ha ido desvirtuando el concepto, relativizándolo a posiciones políticas que hoy poco o nada tienen que ver (salvo honrosas excepciones) con el nacimiento de aquella clasificación.

Hoy, pasados ya tantos años, somos más de utilizar esta clasificación para definir a los que defienden posiciones políticas liberales de los que las defienden más sociales.

Falta el verde, que dentro del espectro político es esencial para conformar un parlamento multicolor, asociándose a ese color a los que defienden políticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente

Estos tres colores, básicos dentro del espectro visible, y convenientemente mezclados en partes iguales, forman la luz blanca. Son colores llamados aditivos, ya que la suma entre ellos y en función de sus proporciones da lugar a cualquier matiz de color que seamos capaces de vislumbrar.

La suma de luz roja y luz azul nos dará el color magenta, la del azul y el verde nos dará el cian y la del verde y el rojo, nos dará el amarillo.

Estos tres colores, magenta, cian y amarillo, se conocen como complementarios o sustractivos.

Si superponemos luces azules y amarillas, que son complementarias entre si, a partes iguales, el resultado será la anulación de la luz. Igual con la mezcla de magenta y verde y de rojo y cian. Las mezclas de colores complementarios se anulan entre si.

Sin embargo, en tramos temporales como en los que vivimos estos meses, donde se ha abierto un periodo electoral que va a empezar en Andalucía y después se extenderá como una mancha de aceite por toda la geografía, las diferencias políticas tienden a diluirse, y en cada partido, en cada formación, se va perdiendo la identidad y el color, ofertando en sus programas mezclas de todos los colores, lo que al final, si las propuestas son aditivas nos llevaran a la luz blanca, a la claridad y si son sustractivas, de nuevo a la oscuridad, a una sociedad sin matices, gris…

Con esto, podemos colorear los nuestros pueblos, nuestras ciudades, nuestras comunidades y nuestra nación políticamente.

A ver, esta claro que el azul (PP) sigue representando las opciones liberales, que el rojo (PSOE, IU…) las sociales y el verde (Los Verdes) las sostenibles, pero cuidado… Como ya hemos visto, la mezcla de rojo y azul forma el magenta (UPyD) y si añadimos un poco más de azul se forma el morado (Podemos, que definitivamente han elegido mal el color que los representa, ¿o no?) El amarillismo de otros (Ciudadanos), siempre ha estado asociado al oportunismo y al aprovechamiento del escándalo (véase como funciona la prensa amarilla), de manera que solo hay que buscar los colores con los que se identifican, aunque sea inconscientemente, los partidos para ver, más o menos de que van…

De nuestros votos depende como pintemos los ayuntamientos y los parlamentos, aunque si es por el color de las ofertas, veremos que todos quieren pintar de blanco, erigiéndose en poseedores de una centralidad política que simplemente, no puede existir, entre otras cosas, porque para conseguir un blanco puro, la mezcla debe estar limpia, y me temo que en muchos de los partidos políticos, y no quiero dar  nombres, hay mucha suciedad, mucha corrupción que lo pinta todo de gris oscuro, prácticamente negro… La más pequeña descompensación en la potencia de los haces de colores teñirán de algún color nuestro futuro a corto plazo

Pero quería yo hablar de otro color, el cian, o mas conocido por verde-mar, aunque bien se podría llamar azul-cielo, ya que el color del mar es reflejo de la brillante  atmosfera azulada que envuelve nuestra tierra (en realidad mezcla de azul y verde en distintas proporciones)

Es el color que pinta el mediterráneo.

Frontera natural entre Europa y África, es poco más que un gran lago que conecta con los grandes océanos vía canal de Suez y estrecho de Gibraltar.

La tectónica de placas, teoría según la que los continentes flotan sobre un mar de magma y se mueven constantemente unos con respecto a otros, podría en el futuro convertir esta idea de gran lago en realidad, cerrando los dos estrechos pasos que lo comunican con el exterior.

Descubriríamos con el tiempo como el calor del sol terminaría desecándolo, convirtiéndolo en un enorme erial de sal, y bajo esa inmensa salina encontraríamos la mayor fosa común que seamos capaces de imaginar.

Diariamente, oímos como lanchas de juguete, pateras pensadas para el costeo, cayucos y balsas, detritus de antiguos y oxidados cargueros y pesqueros abandonados ya en su último viaje, abarrotados de gentes del sur, viajando en montonera, mujeres, hombres y niños y niñas, emprenden un último viaje hacia la esperanza como único destino, donde infinidad de ellos mueren de frío y  hambre, deshidratados y quemados por el abrasante sol o simplemente ahogados en una loca travesía hacia el primer mundo. (Otra extraña clasificación, estando probado que la humanidad nació en África, por lo que el primer mundo es aquel. Este, fue el segundo que conquistaron aquellos primeros humanos).

Miles (¿millones tal vez?) de cadáveres siembran las fosas abisales de ese nuestro precioso mar, mientras aquí, nórdicos y nacionales disfrutamos de paradisíacas playas, en el segundo mundo, que es el primero, y nos damos palmaditas en la espalda cada vez que rescatamos algunas de esas vidas condenadas a perderse.

Mientras tanto, llenamos nuestras fronteras de operativos destinados a no dejarlos salir del gran corral que es ese tercer mundo, nos preocupamos de que en sus países de origen gobiernen dictadores que nos vendan sus riquezas, llenamos las finas líneas que nos separan con concertinas, espinos y agentes de la autoridad dispuestos a matar al valiente que las supere, devolvemos de manera fría (aunque lo llamen devoluciones en caliente) y desconsiderada al que solo viene buscando ayuda, esquilmamos sus riquezas y dejamos que en origen proliferen las enfermedades y la miseria, y nos vamos diferenciando cada vez  más unos de otros, pintamos nuestra sangre de azul mientras derramamos la suya, que es roja. Roja probablemente por la indignación de estar condenados en vida a una muerte segura. ¿Nos extrañará si algún día sacan la guillotina a la calle?

Enorme fosa común de muertos sin nombre, cebo para los bancos de peces que se alimentan de su carroña y que nos servirán de alimento en el futuro, de gente que en vida solo aspiraba a… seguir viviendo, y que terminan sus días ocultos bajo un inmenso y frío sudario de agua salada, dando forma, poco a poco al mayor osario del mundo.

Hay muertos y muertos.

Los hay que descansan en placidos cementerios con sus tumbas osarios y columbarios bien iluminados y adornados con frescas flores y los hay que descansan para siempre bajo las tranquilas pero siempre turbias aguas mediterráneas, en un lugar siempre lleno de sombras, frío y sin adornos ni homenajes.

Estos, forman el mayor ejército conocido de espectros invisibles...

Jose Ramiro, bloguero

domingo, 8 de febrero de 2015

Oración de un ateo



Antes de empezar a escribirte esta misiva, no quiero que se interprete como un ataque hacia ti ni hacia los creyentes, sean del credo y signo que sean. No es mi intención abrir debate sobre las creencias de cada uno, sino mas bien de las mías propias. Si a alguien ofenden las siguientes líneas, pido perdón de antemano. Mi reino, en el que vivo, si es de este mundo, y no conozco paraísos y si los infiernos. Y me asaltan tantas dudas, que mi razón se vuelve a veces contra mi corazón. Esto no es una tesis universitaria, y el simplicísimo de estas líneas solo son reflejo desordenado de las mil ideas que pululan por mi mente.

Por unos momentos, voy a abandonar mi ateismo convencido e intentare pasar por agnóstico, que no lo soy.

Me vas a permitir que te tutee, dentro del respeto que sin duda te mereces, ya que dicen que estamos hechos a tu imagen y semejanza, y se sabe que entre iguales se puede hablar de tu a tu.

Las religiones monoteístas, como la cristiana, la judaica, la islámica u otras que me pillan más lejos dicen que solo hay un Dios, y que es el mismo que el de todos, aunque te llamen Dios, Alá, Jehová o con algunos de tus innombrables nombres,  pero hay cosas que no me cuadran.

Mientras a unos les prometes en el futuro (siempre que se cumplan ciertas condiciones y previa purga de culpas) subir al cielo y sentarse a la derecha del padre, que de repente no sé porque no a la izquierda, a otros les prometes un futuro en un paraíso rodeado de placeres que por otra parte parecen carnales y no del espíritu, del alma.

Si eres el mismo Dios, ¿por que nos discriminas en función del credo? A priori parece bastante injusto.

A unos los castigas si cometen algún crimen y a otros los premias con placeres y excesos, a unos les exiges que pongan la otra mejilla y a otros les permites que repitan el guantazo.

Si de verdad eres uno y además estas en todas partes, sin duda será un detalle que no se te habrá escapado.

Y no te justifiques con el libre albedrío, que está bien para permitir que yo escriba estas líneas pero que para tu absoluto poder debe ser poca cosa como para no poder controlar determinados excesos.

Por otra parte, tus representantes en la tierra, sean de uno u otro bando, están como anticuados, como que les hace falta sangre nueva. Supongo que en un reinado tan antiguo como el universo, ese que dicen que creaste en unos pocos días, es normal que los directivos se apoltronen y se vicien, se corrompan (en reinados infinitamente más cortos, aquí en la tierra, los dirigentes electos rápidamente se apoltronan y se corrompen) y que poco a poco tus enseñanzas se vayan desvirtuando, pero ya es hora de que le pongas freno.

No puede ser que los que hablan de poner la otra mejilla participen del lucrativo negocio de las armas, y que el Banco Vaticano (o IOR, como se le conoce oficialmente. Véase bit.ly/1zprhhY ) sea, seguramente a través de un grupo de inversión donde se diluye la procedencia de los dineros, el segundo accionista más importante de la famosa fábrica de armamento Pietro Beretta Ltda.

Impiden, o al menos así lo piden, el uso de los preservativos, dejando nacer en muchos caos a quien pronto va a morir, a hijos no deseados que nunca serán queridos, permitiendo así mismo que las modernas “plagas” se difundan por contagio sexual (en los últimos dos años se han duplicado las infecciones de sífilis y gonorrea en España. Véase bit.ly/1DPgcXb ) Ya entiendo que es un mecanismo poco prolífico, y que no ayuda mucho a lo de creced y multiplicaos, pero es un buen profiláctico cuando de evitar contagios se trata.

Algunos de tus obispos declaran desde los pulpitos que el abuso a menores en parte está justificado, ya que son estos, los menores los que provocan e incitan el abuso, otros, hablan de la homosexualidad como si de una enfermedad se tratara y otros, incluso el máximo representante de uno de tus credos se pregunta que “quien es el para juzgarlos” pero lo dice desde la compasión, no desde la comprensión. En algunos otros credos simplemente se les asesina, se les lapida y se les discrimina por su simple condición de ser distintos. Promueven alta literatura como “Cásate y se sumisa” compendio de consejos de cómo la mujer es solo algo para el regodeo del hombre. Parte de tu curia esconde la homosexualidad reprimiéndola como si de un pecado se tratara y terminan abusando de menores que acuden a los colegios y a las catequesis, y es publico que la castidad que se les supone se rompe repetidas veces.

Algo falla. Si lo que se defiende son tus postulados, ya tardan en sacar el capital de esas rentables empresas, ya tardan en dejar de decir majaderías sin sentido, y de propiciar que otros las digan, ya basta de abandonar tu rebaño, ya basta de hablar de cielos e infiernos y pisar suelo, hablar del mundo en el que vivimos, mucho más real, palpable.

Por otra parte, otros de tus hijos siguen cortando manos y dando latigazos, denigrando a las mujeres y escondiéndolas a la visión humana, castrándolas sexualmente y castigándolas aun cuando son violadas por los hombres, lapidando personas, cortando cabezas y llamando a guerras santas (¿Hay guerras santas?). Eso me parece que con los modernos medios de que, seguramente por tu intermediación divina, esta dotada la sociedad actual, es, diría yo que hasta denigrante para tus hijas e hijos de esos credos, donde las mujeres siguen siendo siervas de los hombres en sociedades controladas  por “el macho” y donde solo son gente de segunda, donde los hombres y mujeres de esos rebaños desean inmolarse en tu nombre para mayor gloria de ti mismo.¿Que les pasa a los de esos credos en la cabeza?. Seguramente un simple gesto tuyo bastaría para salvarlos, y de paso salvar miles de vidas que se están llevando por delante

No haces ya nada como hacías antiguamente. Mueren millones de personas agotadas por la malnutrición y la enfermedad, y no hay nadie que multiplique panes y peces y tampoco llueve maná del cielo. Por el contrario, tus súbditos mas descarados acumulan riquezas y mercadean con la vida humana sin que baje tu hijo (o suba, que no tengo muy clara la ubicación del cielo) a dar unos latigazos a esos comerciantes. Ya no resucitas gentes que mueren por la injusticia de tus creyentes y rara vez nos contáis alguna curación milagrosa (curación que se deba de verdad a una intermediación divina, no a una de las múltiples casualidades que existen en medicina). Esta bien que no te quieras dejar ver, pero mándales aunque sea un e-mail explicándoles que eso que hacen es una barbaridad…

Creer en los milagros es un acto de fe, es decir, de irracionalidad y requiere del convencimiento anterior de tu existencia, de que eso que no se puede probar es cierto.

En realidad, tengo la sensación de que ese universo que tan rápidamente creaste se ha hecho demasiado grande para controlarlo y pasas de él, o bien que te has mudado a otro universo, evidentemente también creado por ti, o bien que definitivamente has firmado un pacto con el diablo (que por cierto, siendo como era solo un ángel caído, no entiendo por que lo investiste de tanto poder, por que lo endiosaste, no entiendo por que le entregaste el reino del mal cuando siendo como eres tan poderoso podrías haberlo descartado). Su existencia en cualquier caso solo pone en duda la tuya propia, ya que el mal, en esa infinita guerra contra el bien parece ir ganando la batalla, y eso te quita el halo de todopoderoso.

Tan poco entiendo lo del pecado original. Está bien lo de te ganarás el pan con el sudor de tu frente y eso, pero con la cantidad de tiempo que ha pasado, en magnánimo gesto, podrías ya perdonarnos. No nos merecemos las guerras, ni el hambre, ni la desigualdad, ni el sexismo, ni la enfermedad, ni el infierno, ni el miedo, ni cualquier otro castigo divino, ni veo claro que alguna de las modernas plagas como el sida, el ébola, la hepatitis, el cáncer o incluso las innumerables variantes de la gripe tengan detrás algún significado oculto que no sea el de seguir matando personas y enriqueciendo multinacionales farmacéuticas. No pinta que sean castigos divinos, que podrían limitarse a mandarnos al rincón de pensar, es mas bien obra del diablo. El hombre, no se merece castigos tan grandes como estos, ni tan largos ¿o solo es para dar miedo y mantenerlos en el corral?

Siempre has pedido sacrificios en tu nombre, a veces tan crueles como la vida de nuestros propios hijos.

Hoy, ese sacrificio se produce todos los días, a todas las horas, y en casi todos los sitios. Muere gente de hambre, de frió, de enfermedades. Mueren intentando llegar a un mundo aparentemente mejor, huyen de guerras y de persecuciones, de la barbarie del ser humano, se hacinan en campos de refugiados como si de antesalas de mataderos se tratara, sacrifican sus vidas cruzando el estrecho de Gibraltar, saltando vallas, huyendo del mal que los persigue, cruzando fronteras de sitios donde no son bien recibidos, huyendo del castigo no se si divino o demoníaco que suponen sus vidas mas allá de nuestras civilizadas fronteras. ¿Te parece poca prueba de la fe de los que te siguen? Si es así, ya sabes que es de bien nacido ser agradecido y no veo tu agradecimiento por tanta sangre derramada.

En algunos casos, parece extraño que no decidan vender su alma al diablo. Al menos gozarían de una buena vida terrenal aunque la condena sea el fuego eterno. A fin de cuentas, en muchas de tus religiones ya nos convierten en cenizas al fallecer…

Dios, si existes, tomate esto más que como regañina como pacifica protesta, y en lo posible, que dicen que para ti todo lo es, pon remedio…

Incluso descártame a mí y a los que como yo piensan de tus divinas recompensas, sería merecido castigo por no creer en ti, pero pon remedio…

Retorno de mí agnosticismo inducido a mí más profundo ateismo reafirmándome en la idea de que no puedes existir, al menos como buen Dios… Si existes, que yo personalmente no lo creo, te has olvidado de nosotros...

Contigo solo existe el falso negativo, que es decir que si algo no se puede explicar detrás está Dios, (siempre queda echar las culpas al diablo o justificr la maldad en el libre albedrio) en lugar de aseverar que si Dios no existe, debe haber una explicación. solo hay que encontrarla...

Jose Ramiro, bloguero

miércoles, 4 de febrero de 2015

Holocausto, carnaval y poda



Lo que nunca debió ocurrir, pero ocurrió.

Hace pocos días se conmemoraba el final de las matanzas programadas por un loco.

La sinrazón de la privilegiada, aunque mal amueblada cabeza de Adolf Hitler, llevo a sus adláteres a cometer el mayor ataque del hombre hacia el hombre que recuerda la historia.

El convencimiento de estos seres de la supremacía de la raza aria y de la maldad de los judíos llevo a todos aquellos que cayeron en sus manos y no cumplían con los estándares descritos por su patrón a ser sacrificados cuales reses en un matadero, pero con la maldad añadida del presidio, la miseria, las vejaciones, el trabajo forzoso, el hambre y el martirio que conllevaba el internamiento en cualquiera de sus más de 42.500 centros de internamiento, entre campos de trabajo forzado (30.000), guetos (1.150), campos de concentración (980), centros de detención de prisioneros de guerra (1.000), burdeles con esclavas sexuales (500) y miles de lugares donde se aplicaba la eutanasia a ancianos y se realizaban abortos forzados. Principalmente judíos, pero también gitanos, homosexuales, polacos, rusos y gentes de todas las razas y etnias, e incluso arios que no comulgaban con la anunciada superioridad de su raza fueron victimas de la barbarie. Se dice que el numero de victimas hay que contarla con cifras seguidas de seis ceros.

Un estudio del mes de marzo de 2013 del Museo del Holocausto de Washington ( http://bit.ly/1BTIJbD ) estima entre 15 y 20 millones de victimas.

Dan escalofríos… 

En las guerras antiguas, donde las victimas se contabilizaban por cientos, o por miles cuando más, la muerte de los combatientes era algo incluso honorable, pues solía ser fruto del enfrentamiento cuerpo a cuerpo, hombre a hombre.

Entre los aztecas se celebraban guerras de honor, donde el final era abatir al enemigo pero sin matarlo, convertirse en el padre de su alma y ofrecérselo a sus dioses en honorable sacrificio que honraba tanto al vencido como al vencedor.

Hoy, las guerras  son distintas, frías, y el exterminio de personas se vive como a distancia. Drones que disparan sin ningún tipo de sentimiento, misiles que se desplazan a distancias a veces intercontinentales, bombas de racimo que destruyen el lugar donde caen y la vida a su alrededor, minas antipersona que revientan al enemigo cuando ya el que las puso está lejos, modernas armas con una capacidad destructiva inmensa, inmensos arsenales de armas atómicas y químicas, cohetes, lanzacohetes y misiles anti-cohetes convenientemente publicitados para que no perdamos el miedo, para que el recuerdo de lo que puede ser nos reprima. Y todo por el estupro de las riquezas ajenas. Desproporción absoluta entre las victimas de los vencidos y de los vencedores

Y al albor de ese tipo de guerras tan modernas nacen otros campos de concentración tan despiadados como aquellos.

Campos de refugiados, verdaderas orbes construidas de telas y cartón, sin estructura de control conocida mas allá de que el que entre no salga, donde el hambre, el frío, las penurias y la enfermedad matan cual cámara de gas a muchos de los que alli entran. Miles de muertos que no se contabilizan más que como números estadísticos en este nuevo holocausto, que eso si, es más pulcro, más distante, menos sentido, pero igual de dañino para el ser humano. Cientos de miles de personas hacinadas esperando solo la lenta muerte que les espera. Sudaneses, centroafricanos, liberianos, saharauis, palestinos, iraníes, afganos, iraquíes, somalíes, kurdos, ex yugoslavos y de otros países extintos, huidos de las guerras y de las persecuciones políticas y étnicas son los ciudadanos de esas nuevas ciudades de acogida que dependen del limosneo y las escasas ayudas oficiales de los países desarrollados y de cientos de ONGs para ir sobreviviendo.

Muros que concentran a determinadas etnias y poblaciones encerradas en guetos donde poder ir masacrando poco a poco, con paciencia y consentimiento de los modernos gobiernos a los que por no verse parecen invisibles. Palestinos y saharauis condenados a vivir separados del mundo solo por pertenecer al mundo equivocado, al de los menos poderosos. Muros de hormigón y campos sembrados de minas por si a alguien se le ocurre salir. Ejércitos parapetados en garitas de vigilancia, expertos francotiradores dispuestos a hacer blanco en aquello que se mueva fuera de los recintos bien delimitados.

Guetos dentro de nuestras mismas ciudades donde mantener la “escoria” social de forma poco visible, que no moleste demasiado... La cañada real en Madrid, las 3.000 viviendas en Sevilla, la palmilla y los asperones en Málaga, las ciudades chabolistas del centro y sur de América, las favelas brasileñas… En cada ciudad, rincones de concentración de miseria, campos de refugiados donde solo sobrevive el más fuerte, el más dañino, donde la única ley que impera es la de la selva urbana e infrahumana.

Holocausto silencioso sin fecha para conmemorar su final. El mal aparato publicitario que los hace prácticamente invisibles, oculta el terror como lo ocultaban las murallas de los campos de exterminio nazi…

Algún día, muy en el futuro, quizás conozcamos las aterradoras cifras de victimas que alli se almacenan… También se contaran con cifras seguidas de seis ceros… Algún día, igual celebramos el final de la barbarie…

Pero es tiempo de carnaval, de fiesta pagana y algunos se preparan para la misma. Cánticos, caretas, máscaras, disfraces, lujuria en las calles, comparsas, coros y concursos de samba, belleza y reinas de carnaval.

Dicen que las máscaras, famosas sobre todo las de Venecia, servían para en muchos casos tomarse la justicia por la mano del enmascarado, que oculto en el anonimato que le proporcionaba la careta tomaba venganza sin que nadie pudiese culparlo.

Hay quien se pone la careta, y hay quien se la quita y se le ve su verdadera cara.

EL ejemplo más claro que se me viene a la cabeza es el de Pedro Sánchez, que definitivamente se ha quitado la careta de “Socialista” y se sienta solo un poquito a la izquierda de Rajoy (pero solo un poquito, prácticamente pegados el uno al otro) para firmar esa ley contra el terrorismo yihadista (por cierto, financiado por las grandes potencias para destruir desde dentro países cuyas riquezas ambicionan) que oculta entre líneas la futura aprobación de la cadena perpetua, de la persecución de todo el que no confiese con el régimen instaurado, del castigo desmedido al pueblo por sus gobernantes.

Pocas cosas son más perpetuas que la muerte, y ese es el ansiado fin de estos terroristas que quieren castigar, el martirio y después el cielo con sus huríes,  por lo que la utilidad de es prisión permanente revisable esconde otros fines bastante mas oscuros

Solo es la preparación de “un gran pacto de estado” que firmaran después de las generales para perpetuarse ellos en el gobierno, juntos, uno al lado del otro, en lucha contra la representatividad que puedan conseguir otras fuerzas que “desestabilicen” el gobierno. Una verdadera condena a perpetuidad pactada por los que se creen partidos mayoritarios.

Susana Díaz, esa que lleva Andalucía en la sangre, la de la casta de los fontaneros, la designada a dedo para gobernar el sur de España, prepara el asalto a la Moncloa. Adelanta elecciones sabedora de su victoria, para a futuro designar también a dedo, como parece ser ya costumbre, a un nuevo dirigente de las políticas del sur y ella, a lanzarse a un campo de batalla mayor, aunque deshonroso. ¿Por qué contentarse con Andalucía si puede gobernar España…? o eso cree. Fuera las caretas, con desparpajo, sin miedos,  que para eso están las leyes mordazas…y el poder del dinero publico, que parece que no es de nadie más que de ellos y de las grandes empresas que les habilitan sus puertas giratorias…

Febrero es el mes de la poda, y así ha sido históricamente.

Los jardineros y labriegos se afanan en quitar las partes muertas de las plantas, las formatean, les dan forma y cuidan de dejar brotes con capacidad de regenerarlas. Mas tarde habrá que cuidarse de las malas hierbas que quitan fuerza a las plantas de flor y roban del sustrato los alimentos que necesitan las plantas.

Febrero y lo que nos queda de año hasta las elecciones es el tiempo de la poda política y de la corrupción. Hay que cortar de raíz las malas hierbas, hay que depurar la ramería desordenada de los partidos políticos, no hay que permitir que nos roben el sustrato social que nos mantiene y habrá que confiar en los brotes sanos para regenerar el árbol de nuestros gobernantes. Hay que sembrar con el voto adecuado las urnas que contiene las tierras del futuro jardín. Después habrá que abonar y regar convenientemente lo plantado.

Es hora de quitarse las máscaras y definirse, es hora de destruir muros y guetos, es tiempo de poda… o de guerra…

Jose Ramiro, bloguero