viernes, 5 de diciembre de 2014

El Gran Hermano



No termino de ver cual es el interés del publico en presenciar los devaneos de la vida de unos personajes encerrados en una casa, donde casi cualquier cosa puede pasar, y si no pasa, la productora se encarga de propiciar el momento y las circunstancias para que pase.

Amoríos bajo mantas, semidesnudos en las duchas, flirteos a escondidas, discusiones enconadas, malos y buenos, listos y menos listos, encuentros y desencuentros, buenos y malos ratos, peleas y reconciliaciones, retos absurdos…

Debo reconocer que no sé si mi análisis es correcto porque confieso no haber presenciado ni uno solo de los capítulos de esta larga serie que ocupa ya varios años en la parrilla televisiva.

En cualquier caso, si no es así, será algo parecido, seguro. Los guionistas saben como vender las miserias humanas y el oscuro placer que les reportan a los televidentes.

En 1949, George Orwell publicó una de sus novelas mas conocidas, (1984), donde genero esa figura hoy tan conocida del gran hermano, del que todo lo controla, del que todo lo ve, del que todo lo maneja, el hombre-dios, amo y señor de todos los demás.

No hay que ser muy suspicaz para ver, de forma extrapolada, como la sociedad en la que hoy vivimos se asemeja a descrita por Orwell en su novela.

Habla el autor de un mundo dividido en tres grandes zonas o países (potencias) que ocupan y controlan la practica totalidad del suelo planetario.

Hoy, el mundo esta dividido realmente de esa forma. Por una parte los todopoderosos Estados Unidos y sus aliados europeos, por otra Rusia y los satélites que la rodean y por otra el creciente poderío asiático.

En el mundo que describe, existe una organización absolutamente piramidal de la ciudadanía que se divide en tres grandes grupos. En la cima, esta el circulo interior del partido único o consejo dirigente (en realidad el gran líder), por debajo, se establecen los miembros externos o burócratas del estado y en la base, los que el llamaba Proles, es decir, el proletariado, la gran masa de personas que con su trabajo mantiene en pie todo el sistema.

Algo muy parecido a nuestra sociedad. En la cúspide los políticos, endiosados, encumbrados en el poder que les da el dinero y las corruptelas, que manejan a los burócratas, encargados de controlar a la plebe, al pueblo que sustenta todo el peso de la pirámide con su trabajo y esfuerzo.

Tiene ese estado ficticio cuatro ministerios que controlan la sociedad, y que en el idioma oficial (neolengua) son:

  • Minimor
  • Minipax
  • Minidancia
  • Miniver
Minimor, o Ministerio del Amor, que se encarga de administrar los castigos y de la reeducacion de los miembros del partido inculcando lealtad férrea al líder y a sus ideologías. Algo parecido al Ministerio de Educación, que prioriza la religión a la educación para la ciudadanía, que favorece la educación segregada y huye de la libertad de cátedra, y algo parecido a cuando desde los estamentos políticos nos venden como grandes verdades las mayores falsedades. Crece el empleo, ya no hay crisis, vamos a crecer, esto va bien…

Minipax, o Ministerio de la Paz, que se encarga de los asuntos de guerra. Si no hay guerra, se busca. Si el país esta en conflicto con el exterior, habrá paz en el interior, aunque sea por miedo a la guerra. En nuestro país, vemos como desde el gobierno y desde los partidos políticos asentados en el sistema se habla del miedo a la revolución, de la malignidad de aquellos que proponen distintas formulas para salir del boquete social en el que nos hallamos. Con esa difusión del miedo a lo desconocido, pretenden afianzar sus votos. Esa guerra de ideales es la que afianza fidelidades y posibles alianzas. En el mundo, procuramos mantener algún conflicto bélico siempre vivo, y si puede ser, lejos de nuestras tierras. Siempre es la excusa del miedo a ese enemigo lo que nos une y somete, cuando en realidad, son los intereses económicos los que declaran las guerras y firman las paces.

Minidancia, o Ministerio de la Abundancia, se encarga de mantener en su justo punto el umbral de pobreza. Cuantos más pobres en la base, mas dinero para los de la cúspide. Igual que nuestros ministerios de economía y hacienda, que favorecen a los ricos y a los poderosos mientras se merman cada vez más las capacidades económicas del pueblo.

Miniver, o Ministerio de la Verdad, que se encarga de difundir la verdad que ellos defienden y de reescribir la historia en función de la versión oficial que se defiende desde el estado. En España, las trabas a la ley de memoria histórica y las referencias veladas al caudillo como el verdadero salvador de la patria esconden un historia escrita por el poder, para que olvidemos las fosas comunes y el sufrimiento que supuso la guerra civil para los dos bandos. Cuidado, en los dos bandos murieron inocentes, pero unos eran partidarios del gobierno electo y los otros unos golpistas, aunque la historia reescrita no nos lo cuente así.

Dispone ese estado novelado de una policía del pensamiento, que se preocupa de cualquier desviación de la doctrina marcada por el consejo dirigente y que dispone de medios de vigilancia en las calles y las casas, a fin de tener un absoluto control de las bases

Ahora, en un paso mas hacia este Gran Hermano que poco a poco va haciéndose presente en nuestra sociedad, acaban de aprobar una modificación de la ley de enjuiciamiento criminal que permitirá al Ministro del Interior, sin previa autorización de ningún juez, la intervención de correspondencia electrónica, los pinchazos telefónicos, la incautación del correo postal e incluso la grabación de imágenes en sitios protegidos, como podría ser nuestra propia casa.

En realidad, esta modificación faculta al ministerio como policía del pensamiento, ya que ahora, aunque a posteriori deban comunicar a un juez la decisión tomada, estamos bajo el ojo del Gran Hermano.

Desde luego, no lo podemos negar, Gran Visionario Orwell… 

Jose Ramiro, bloguero