martes, 14 de enero de 2014

De rosas y espinas


A mediados de abril, más concretamente los días 23 de este mes, se celebra en Cataluña el día de San Jorge, mientras en el resto del mundo se celebra el día internacional del libro.

Cuenta la leyenda que en un lejano reino, existía un dragón que amenazaba con destruirlo todo, y con el que llegaron al acuerdo de entregarle un par de corderos cada día, con idea de satisfacerle el apetito y que no atacara al pueblo.

Cuenta la leyenda que en tiempos de escasez, se estaban acabando los corderos, y que el rey, decidió de acuerdo con su pueblo, enviar un cordero en lugar de dos y  acompañarlo de una persona, de las que parece que el reino estaba sobrado, al sacrificio diario.

Cuenta la leyenda que a la familia del sacrificado, al cual se elegía por sorteo, el rey  le entregaba toda clase de riquezas (curioso que mientras en el pueblo había escasez de corderos, al rey le sobraran tesoros que repartir, igual que en España...), para compensar la perdida del familiar sacrificado.

Cuenta la leyenda, que en una ocasión, la hija del rey, supongo que princesa de singular belleza, fue elegida para el sacrificio, y de camino a la guarida del dragón, ella y el susodicho cordero, se encontró con un caballero, a la sazón el posterior San Jorge, que la acompañó, y con su caballerosidad ( y su espada y su lanza) como arma principal, mato al dragón y de su sangre derramada nació una rosa roja que el santo caballero le regalo a la princesa.

Cuenta la leyenda que a la vuelta a palacio, el rey quiso compensarle la hazaña de haber salvado a su hija entregándole todas las riquezas que pudiera imaginar.

Cuenta la leyenda que el bueno de Jorge, que todavía no era santo, opto porque esas riquezas se repartieran el pueblo, dando señales claras de que si que era un santo varón.

Es por eso, que los 23 de abril de cada año, los catalanes tiene la costumbre, ellos, cuales caballeros matadragones, de regalar rosas a sus amadas, mientras ellas, cuales princesas, regalan libros, tesoro cultural, en conmemoración de la muerte en ese mismo día de algunos de los mas grandes literatos que ha dado la humanidad (Miguel de Cervantes, Williams Shakespeare...)

Original formula aprovechada por floristas y empresas catalanas para hacer un buen negocio en los primeros días de abril de cada año.

Si no fuese por la leyenda del dragón, pensaría que esto de san jorge es también un invento americano, como el gordo hombre de rojo (gordo pero ágil, por la facilidad que tiene de meterse por las chimeneas de nuestras casas…, por cierto, que ahora que lo pienso, en muchas casas no hay chimenea...) que nos visita por navidad.

Curioso. Esto de los americanos que se aprovechan de todo. El hombre de gordo y de rojo, más conocido como Papá Noel, y que dicen que reside en Laponia, en la forma que lo conocemos es en realidad un invento de CocaCola®, que a su vez, la CocaCola®, no es mas que una versión de la antigua bebida de zarzaparrilla que los españoles llevaron a las Américas. Otro invento español de los muchos que aquí no hemos sabido sacarle partido.

Si en lugar de llevarlo a América la hubiéramos llevado a Cataluña, seguro, seguro, habríamos aprovechado el invento; ya lo dice el refrán, que para buen socio...un catalán.

Y así ha sido.

Durante el periodo democrático que llevamos viviendo tras la muerte del dictador, los catalanes han sido un socio necesario para la gobernanza de España, y no pocas veces han estado presentes en las alianzas políticas que han hecho el país... "manejable"...

Ahora, parece ser, que los catalanes no quieren seguir estando en España, que quieren andar en el futuro por un nuevo camino, por una via catalana... Es de suponer que sus razones tendrán.

Esto es lo que tiene el derecho a expresarse en libertad, que a veces hay quien oye lo que no quiere oír.

La libertad, santa palabra.

Cohartarla no nos lleva a ninguna parte.

Quieren los catalanes decidir su propia historia, su futuro, dicen que quieren separarse de España, que quieren saber si de verdad el pueblo catalán lo desea, y desde un estado, dicen que de derecho, aunque solo lo sea de hecho, se les prohíbe realizar la consulta, se les imposibilita saber si de verdad la mayoría quiere esa secesión o no.

Este gobierno ya nos tiene acostumbrados a eso de prohibir. Otra cosa no, pero prohibir…

Sin entrar a valorar la oportunidad, ni tan siquiera la necesidad de la posible ruptura, lo que esta ahora en discusión es si se puede consultar al pueblo, no que hacer con la respuesta a esa consulta.

Tal como yo lo veo, y sin abandonar los pertinentes cauces legales, los pasos a seguir serian evidentemente, primero realizar la susodicha consulta, que si le eliminamos el papel vinculante que se le supone (de hecho, no puede ser vinculante para el estado español, pero si sería un claro mandato para los gobernantes catalanes), no veo por que no realizarla.

Después, habrá que defender el resultado en el Congreso de los Diputados, donde se encuentra representado, o eso dicen, el sentir popular, y allí, y solo allí, se podrá decidir si de verdad Cataluña se puede convertir en estado. Incluso entre los catalanes representados en el congreso hay disparidad de opiniones, y tan validas son unas como las otras

Un camino lleno de espinas, las de las rosas de San Jorge, y de libros, los de las leyes que todos nos hemos dado (los catalanes, políticamente activos en la transición, en los sucesivos gobiernos y en el acta fundacional de nuestra constitución también son, o han sido participes de darnos estas leyes).

Pretender que Cataluña permanezca ligada al estado español, si es cierto que la mayoría de sus ciudadanos quieren separarse, es llevar este asunto a una lucha de fuerzas, donde el dragón seguirá comiéndose los corderos, hasta que, hartos de tanto sacrificio, aparezca el caballero matadragones y clave su espada en el corazón del estado. Ese día, nacerán rosas rojas, que aunque con espinas, son de tan arrebatadora belleza como la libertad...

Si la consulta catalanista puede convertirse en el gran fracaso de los que la propugnan, no es menos cierto que negarse a que se realice puede ser el gran fracaso del estado español (digo del estado, no de este gobierno, porque si no se permite la consulta, lo que probablemente tiemble es el documento constitucional).

Las personas, sean catalanas, o de cualquier otra región de este planeta, tienen (o deberían tener) el derecho de decidir, y el estado, los estados, debería garantizar ese derecho, aunque teman el resultado de esas decisiones, aunque no les guste el resultado.

Debo aclarar en este punto, que yo, como persona, no creo que la independencia dote a Cataluña de una mejor posición, y por ende, no creo que favorezca a los catalanes. Siempre he sido mas de unir que de romper (quizás por mis orígenes extraterritoriales y por una visión idílica y un tanto deformada de que la humanidad es un solo pueblo), y por eso mismo, a pesar de que no me guste la idea de una Cataluña no española, no soy yo quien para romper el sueño de muchos catalanes que sí se ven fuera de España.

En un mundo controlado por las leyes del mercado, por la globalización, lo que da fuerza es la unión, que no nos quepa duda. Más vería yo consultarle a los portugueses si quieren ser españoles que a los catalanes si no quieren seguir siéndolo… Pero yo, no soy catalán…

Si la consulta se llegase a realizar, lo que desde mi punto de vista es totalmente admisible y deseable, y el resultado fuese mayoritariamente separatista, lo único que nos quedaría es dar el consentimiento, aun negociado, para que esa separación se produzca,  y si fuese negativo a las propuestas soberanistas, a mantenernos como lo que somos, hermanos, aunque a veces pueda parecer que no. En cualquier caso, a algunos les gustará el resultado y a otros no, pero en buena lid, habrá que aceptarlo.

Si esta transición hacia las libertades de los pueblos se hace desde la serenidad, desde el consenso real, que no régio, y no politizado de las partes, el final estará sembrado de rosas, sino, solo encontraremos sus espinas.

Un si a la consulta.

Fuera los miedos a escuchar lo que la gente quiere decir.

Jose Ramiro, bloguero.

Nota:

Hace unos días, y ese es el motivo de que aborde este tema desde tan lejos, uno de mis seguidores, y entiendo que buen amigo en la virtualidad de las redes, me pedía que escribiera algo sobre el movimiento secesionista del pueblo catalán, que expresara mi pobre y sin duda poco formada opinión. Asunto peliagudo, donde chocan intereses de muchos tipos y difíciles de solventar, salvo que la voluntad de las partes lo procuren.