domingo, 21 de octubre de 2012

Parece que fue ayer.



Parece que fue ayer, cuando a la puerta de la casa familiar de mis padres llego, de mano de dos fornidos portadores, una gran caja de cartón que mi padre recibió con inusitada alegría.
   
Hace muchos años de esto, y el mágico contenido de aquella caja era otra caja, prácticamente cúbica, en este caso de madera barnizada. En una de sus caras,  rompiendo el casi perfecto prisma rectangular, asomaba panzudamente un trozo de cristal oscuro, y a modo de rabo, llevaba en la cara trasera un cable eléctrico enrollado.

Era un televisor, de los primeros que se veían por mi barrio, y su llegada supuso todo un acontecimiento para la vecindad. En los días anteriores, unos "técnicos" habían instalado una descomunal antena, que lucia erecta sobre mi casa, rompiendo el skyline de la zona.

Si, parece que fue ayer...

Entonces, solo emitía la primera, que no se por que se llamaba "la primera", ya que debería haberse llamado "la única", pues no había otra y no la hubo hasta que llego la segunda bastante tiempo después.

Emitía solo durante unas horas, aunque mi padre, orgulloso de su compra, encendía el aparato de vez en cuando, esperando que no saliera el pitido de fondo que se emitía junto con la "carta de ajuste" formato de cartón expuesto a la cámara para poder proceder al ajuste de la siempre mala señal que llegaba al receptor.

El mundo que se veía a través de aquella caja era en blanco y negro, sin más matices, y nos llegaba siempre envuelto en "nieve", técnicamente conocida como ruido blanco.

Para evitar en lo posible la mala imagen recibida, en las tiendas de electrodomésticos, aconsejaban poner delante de la pantalla un papel de celofán azul, que por alguna mágica razón, nos hacia la ilusión de evitar la lluvia de puntitos blancos que inundaba todo lo que allí se mostraba.

Mas tarde, cuando "la tele" empezó a verse en muchas casas, algún comerciante avispado, lo que hoy llamaríamos un emprendedor, puso de moda, y recuerdo que con gran éxito, la ilusión de la televisión en color, cosa que conseguía cambiando el celofán azul por otro, en este caso degradado de azul a marrón, que colocado delante del la pantalla teñía los cielos, siempre en la parte superior, de azul, y el suelo, siempre en la parte inferior, de marrón.

Siempre envidie el alarde de imaginación de aquel inventor...

Si, eran otros tiempos y la técnica, el mundo, el tiempo, se fue encargando de demostrarnos que las cosas evolucionan que es una barbaridad. 

Pronto, en términos relativos, llego la televisión en color, y después, muchas desconexiones regionales, y después las cadenas autonómicas, y después la TDT, y después.. 

El alarde tecnológico sufrido por nuestro presente, corrió desmesuradamente en nuestro pasado.

Al tiempo que todo esto ocurría, y casi a la misma velocidad, el ser humano, y su mundo, también fue evolucionando.

Llegamos a la luna, colocamos satélites en orbitas geoestacionarias para difundir señales de todo el mundo a todo el mundo, nació y se popularizó Internet y mas tarde las redes sociales, los países se fueron modernizando y cambiando a formulas más o menos democráticas, cayo el muro de Berlín y se derrumbo el imperio ruso, muchos países que permanecían colonizados consiguieron su independencia y en definitiva vivimos casi una edad de oro en la consecución de libertades y derechos, y no solo en nuestro país, sino en casi todo el mundo.

Y es que es cierto, las cosas y la vida evolucionan que es una barbaridad...

Hoy, la teoría de la dualidad onda partícula que justifica nuestra existencia, nos muestra su cara mas amarga, y las cosas, y la vida, como las ondas que parece que las conforman, que tras alcanzar una cima, empiezan a caer en un seno, inician una involución.

Las cosas, la vida, los países y sus dirigentes  involucionan que es una barbaridad.

En Egipto, los hermanos musulmanes, aupados en el poder, quieren imponer la Sharia, esa suprema ley islámica que castiga al ladrón cortándole las manos para que no vuelva a robar, o que en castigo a una violación, permite a un familiar de la victima violar a "una" familiar del violador.

ladronzuelo castigado aplastándole el brazo...
Desprecian los hermanos musulmanes el progreso, desprecian el mundo moderno y vuelven a tapar las cabezas de sus mujeres con pañuelos (pronto las taparan enteras) y retornan a un pasado, donde dicen que no había delincuencia, pero era porque la reincidencia no es posible si te han cortado las manos con las que robabas. 

Retornan a un pasado de derechos para los hombre en perjuicio de los de sus mujeres, rompen y acotan las libertades del pueblo, con salvajismo, penando al reo con amputaciones, latigazos o muerte, castigan el adulterio con lapidaciones y a las mujeres violadas las hacen culpables del delito de su violador, y dios, su dios, sabrá cuantas aberraciones mas.

Desgraciadamente, esto no es una exclusiva de Egipto, país turístico, que seguramente se quedara ahora solo  como país puramente arqueológico, y otros muchos países, incluso de nuestro entorno más cercano pasa por procesos de involución parecidos, aun no elevando el dramatismo de las penas a la crueldad de las amputaciones.

En España, ejemplo mas que cercano, acabamos de reponer la cadena perpetua, pena desterrada hace años, aunque ahora la llaman pena de prisión permanente y revisable, un eufemismo que no lastra su injusticia, en Rusia encarcelan a los que protestan contra su presidente, en todo el mundo las mafias del juego, la droga y la delincuencia se alzan a puestos de poder, Israel impide la llegada de ayuda humanitaria a la franja de Gaza, donde son los verdaderos responsables de la muerte y el hambre de sus residentes, en Pakistán tirotean a una niña de pocos años por defender la educación para todas las niñas, de nuevo en España, nos vemos defendiendo en las calles derechos que muchos creían eternos y que el gobierno esta haciendo desaparecer, se convierte en delito la protesta y se recorta el derecho de reunión, se persigue al que osa capturar la imagen de un policía mientras descarga su ira a golpes de porra contra los manifestantes, se utilizan las cadenas televisivas para someter la voluntad del pueblo y vuelve a asomar peligrosamente en nuestro futuro una sociedad clasista, donde no pondrán velos a las mujeres, pero intentaran retornarlas a donde siempre quisieron tenerlas, en sus casas, dedicadas a "sus labores", retornamos a un tiempo de guerra fría, aunque ahora los protagonistas no son rusos y americanos, sino occidente contra oriente, los que tienen el petróleo y los que lo quieren, el submundo y el mundo del derroche…

Si, el mundo involuciona que es una barbaridad...

Jose Ramiro, bloguero