martes, 21 de agosto de 2012

Carroñeros


La tragedia de la selva… sobrevive el fuerte, muere el débil…

E las selvas africanas, es frecuente ver a los grandes depredadores acechando las manadas de rumiantes para en un momento determinado atacar con todas sus fuerzas, en una estrategia que pretende siempre distinguir al animal más débil, al más joven, al que menos experiencia tiene en la huida. Se aprecia entonces como lo apartan, lo aíslan del resto de la manada y concentran su esfuerzo en él. Los otros, los mejor preparados y más fuertes consiguen escapar a una muerte casi siempre segura y ponerse a salvo.

Una vez conseguida la caza, devoran con rapidez su presa, y no en pocas ocasiones surgen disputas por los mejores bocados.

Mientras, durante el sangriento festín, multitud de animales carroñeros se han ido acercando, y pacientemente esperan su turno para aprovechar los restos que, una vez saciado el apetito de los cazadores, dejaran a su disposición. Hienas y buitres acechan desde las cercanías, vigilando el final para aproximarse y alimentarse también ellos.

Cuando parezca que ya no queda nada por comer, aun se acercaran insectos de toda índole que aprovecharan hasta el resto más pequeño abandonado, que irán desnudando el esqueleto hasta dejar solo una pila de huesos, a veces desordenados, que el tiempo, el aire y el sol secarán y blanquearan…

En España, la presa es el pueblo. Los grandes cazadores, los partidos políticos, que se alimentan de nuestros votos, ya nos han hecho presa y han empezado a devorar nuestro estado. Aun no están hartos, pero para cuando lo estén, ya acechan los carroñeros especializados en aprovechar los restos.

En todos los comicios electorales, aparecen partidos que no tienen ninguna posibilidad de conseguir grandes éxitos, pero que optan al voto por si cae la breva y se hacen de algún escaño que les sirva para nutrirse de fondos públicos, para ocupar algún pequeño departamento donde aprovecharse de las bondades del mando, donde poner la mano sin que se note demasiado, donde robarnos a todos de forma más o menos legal… Y no digo que otros no lo intenten con verdadera honestidad, con ganas de hacer algo que pueda arreglar nuestra situación de debilidad, pero no son muchos los que tienen estos atributos de verdadera vocación política y de preocupación por el pueblo.

Probablemente esta aserción es muy severa con la clase política, pero solo hay que mirar como se enriquecen la mayoría de ellos, como manejan fondos públicos a su antojo y sin dar demasiadas explicaciones, como aumentan su patrimonio y como nos quieren hacer ver que trabajan para nosotros mientras trafican con sus influencias en las mas altas esferas de nuestras grandes multinacionales, como buscan trabajo para sus amigos y familiares, como se suben los sueldos y como se rodean de consejeros que no aconsejan, como viven en grandes mansiones y disponen de enormes vehículos, como disfrutan de dietas que no les corresponden y como gastan del erario publico en sus gastos personales, como favorecen a sus fieles y premian a sus acólitos, como defienden a los corruptos y endurecen las leyes para la ciudadanía.

Tienen mala imagen, pero es esa gran mayoría de abusadores, corruptos y prevaricadores, de estafadores del pueblo, los que han conseguido el desprestigio para toda la clase política de este país. Unos por hacer, y otros por consentir…

Así, tenemos a Mario Conde, gran buitre donde los haya, ladrón de guante blanco, estafador y expresidiario, de pelo engominado y sonrisa de hiena, contertulio de la derecha mas extrema, preparándose para aprovechar los restos (pocos) que va a dejar el Partido Popular, rodeado de insectos devoracadáveres, que cuando huelen a muerto se activan y se aprestan a aprovechar los despojos.

Algo así deben pensar mas de 2.000 militantes del Partido Popular que han solicitado la baja para unirse al proyecto de “Sociedad Civil y Democracia”, el nuevo partido de Conde, que arrasa entre la derecha y entre la menos derecha proponiendo programaticamente aquello que la gente quiere oír, pintándose de honestidad y españolismo, despotricando de unos y de otros, disfrazándose de progresista, cuando seguro que sus intenciones son otras, son meterle mano a lo que ni tan siquiera el “moderado” Rajoy se ha atrevido.

Carroñeros…

Cuando el rey de la selva se acerca, los buitres levantan el vuelo, y las hienas se ríen nerviosas mientras se huyen despavoridas. Es el miedo al más fuerte, al fiero y todopoderoso león.

En nuestra selva urbanita, el pueblo es el rey. Basta con que asomemos nuestro orgullo y mostremos ligeramente los dientes para que el resto de las fieras dejen de actuar. Somos el verdadero rey de nuestra selva.

Actuemos… Antes de que nuestra sociedad, devorada por la avaricia de políticos que metódicamente van arrancándonos hasta los derechos más básicos, quede reducida a un esqueleto de lo que pudo ser una sociedad justa y humana, antes de quedar como un montón de huesos blanqueándose al sol…

Jose Ramiro. bloguero