lunes, 20 de agosto de 2012

El que abusa es un traidor


Los dichos populares, son una compilación de frases cortas que definen situaciones concretas, que se repiten una y otra vez, dichas siempre desde un punto de vista filosófico-popular envidiable, sencillo, sensato, muchas veces irónico y casi siempre certero

Siempre mordaz, contiene numerosas frases que guardadas en nuestra memoria, usamos de forma intuitiva y como expresión de la sabiduría popular de nuestros ancestros, que ya las utilizaban y con las que hemos convivido desde siempre.

Transmitidas generacionalmente, suelen ser de aplicación para las cuestiones más simples y sirven igual para destacar un defecto como para exaltar una virtud.

Cuantas veces no habremos dicho a nuestros hijos “A quien madruga Dios le ayuda” o “Quién a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”, como regañina o consejo paternal… Claro, que tus hijos siempre te pueden contestar, siempre desde la sabiduría popular que “No por mucho madrugar amanece mas temprano” y que “Ocasión perdida no vuelve más en la vida"… Cuantas veces no habremos filosofado entre amigos diciendo aquello de “El dinero no da la felicidad”, o “Cree el ladrón que todos son de su condición”…Y nos habrán contestado con “Más vale pájaro en mano qué ciento volando” o “El mejor maestro, echa un borrón”

Y es que el refranero es fruto del análisis inteligente de nuestras vidas y de nuestros actos, que a base de repetir defectos y virtudes, le va dando forma, componiéndolo poco a poco a partir de las experiencias personales y grupales de la sociedad.

“Blanco y en botella”, “Más claro, agua”, “Donde hay humo, hay fuego”, son otros refranes de aplicación en casos donde lo único que se pretende es resaltar lo evidente, lo conocido, lo indudable de un caso o persona…

Si en nuestro barrio tenemos un vecino, sin trabajo conocido, que sale poco de casa y tiene un gran coche en el aparcamiento, hace compras fastuosas y viste ropa cara, su mujer lleva llamativas joyas y sus hijos van a colegios caros, y no se le conocen herencias ni tíos en América, habrá quien  aplique alguna de las frases anteriores a fin de expresar su convencimiento de que, lo más probable, es que el dinero que maneja no le venga porque le haya tocado la lotería, sino porque andará metido en oscuros y raros negocios... Habrá también quien utilice el “Dime con quién andas, y te diré quién eres”, queriendo significar las malas compañías que se le conocen al vecino en cuestión, resaltando que esas amistades no son buenas… Y si en el devenir del tiempo, se demuestran las sospechas del vecindario y a este vecino lo detiene la policía, habrá quien diga que “Quien mal anda, mal acaba”

El refranero es magnifico para dar o quitar razones, para resaltar las maldades de la vida y para ejemplarizarnos en las bondades. Verdaderos, ingeniosos, incisivos, los refranes son parte de la riqueza cultural del ser humano

A nuestro alrededor, hay personas, ocurren cosas, se realizan actos que con tan sabias frases quedan sabidos por todos, que no necesitan descripción para entenderlas, que con un simple y acertado refrán quedan retratadas en nuestra mente, que con tan pocas pero certeras palabras describen situaciones y actitudes, una veces malas, y otras buenas, unas veces injustas y otras evidentes…

Tiene el refranero entre sus muchos dichos uno especialmente simple y didáctico que dice así: “El qué avisa no es traidor”.  Simple por corto y rotundo, y didáctico porque nos previene de que cuando alguien o algo apunta maneras, es que las tiene…

En nuestra España de hoy, los ciudadanos estamos sometidos a un plan de recortes económicos y sociales que van mermando nuestra sociedad del bienestar, se tocan salarios y pensiones, se encarecen los medicamentos y se deteriora la atención hospitalaria, se rompe el plan de ayuda a la dependencia y se encarece el sistema educativo, se privatiza, se nos hace creer que somos un país endeudado cuando la autentica deuda es de los banco y se nos hace pagarla, se nos hace garantes de su pago como si la responsabilidad fuera nuestra, se socializan las perdidas de las entidades financieras y se les entrega nuestro dinero para que sigan creciendo y repartiendo sus ganancias entre consejeros y accionistas.

“El que avisa…”

El partido popular, ya apuntaba maneras. Todos sabíamos de sus políticas conservadoras y todos sabíamos que lo dicho en campaña poco tendría que ver con sus acciones. Siempre han favorecido a los grandes capitales y nada nos podía hacer dudar que de nuevo lo hicieran.

La corrupción existente entre sus filas, y la falta de condena por parte de sus dirigentes, el indulto de los encausados en delitos económicos contra el patrimonio de todos y los salarios y prebendas que mantienen demuestran su verdadera calaña. Cambiar la ley del aborto, aumentar las tasas judiciales, eliminar determinados aspectos de educación para la ciudadanía, defender la posición privilegiada de la iglesia católica y olvidarse de las victimas de la dictadura, justificar la violencia policial y obviar las protestas de los ciudadanos, convertir en delito la protesta cívica y pacifica y perseguir a quien defiende mayor justicia social, atacar a jueces contrarios a sus criterios y permitir abusos y enriquecimientos ilícitos, desprecian a las victimas de la violencia machista y recurren contra el matrimonio entre gentes del mismo sexo, recortan libertades y endurecen leyes. Nos acercan peligrosamente a un estado donde el totalitarismo es casi un objetivo.

Dice María Dolores de Cospedal, que los políticos trabajan por un sueldo “normalito”, cuando ella misma mantiene hasta tres salarios millonarios. Dice su compañera Ana botella que los bomberos de su comunidad ganan mucho dinero cuando el salario constatado es poco mas que de mileuristas. Dicen que a los parados que viven con sus padres hay que quitarles las ayudas mientras ellos reciben una de casi dos mil euros por ser parlamentarios y no estar censados en Madrid, aun cuando la mayoría tiene vivienda en la capital, cobran dietas por asistir a eventos y tiran de tarjetas de crédito estatales o de los partidos. Utilizan sus puestos para privatizar servicios y bienes que terminan en manos de amigos, familiares o conocidos. Emplean a dedo a cientos de consejeros que provienen de la misma cantera y se procuran planes para el futuro favoreciendo a determinadas industrias y empresas que después los contratarán en puestos simbólicos con sueldos millonarios. Utilizan los bienes del estado como si fueran propios y administran nuestros impuestos en causas poco nobles. Permiten el fraude y la malversación a cambio de favores futuros y trasmiten patrimonio de todos a manos privadas… “Blanco y en botella”

No se dan cuenta de que el futuro los castigará… Ya lo dice el refrán: Hacer bien a gente ruin tiene buen principio y muy mal fin”.

“El que abusa es un traidor”

Así, con tan corta frase podemos definir a un gobierno inhumano, que se postra ante vírgenes y cristos, en actitud de orantes misericordiosos, que hablan del alma de las personas y ni siquiera tienen corazón.

Y al día siguiente siguen actuando en la misma línea dañina por la que vienen moviéndose desde el principio, con frialdad, con una actitud déspota, obedeciendo ordenes de una Europa incomprensiva que desea, aun de forma inconsciente, la ruina de nuestro país. Dice el dicho popular Por más que te halaguen los de enfrente, nunca olvides a tu gente”. Ellos, los gobernantes, se han puesto del lado del dinero y se han olvidado de sus gentes, se han olvidado de quienes son y a quienes representan…

El pueblo los tiene que castigar, les tiene que impedir que sigan, les tiene que obligar a rectificar o a que se vayan. Es el momento de exigirlo, y ya conocemos lo que dice la sabiduría popular: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”...

Repito: “El que abusa es un traidor…”

Jose Ramiro, bloguero