miércoles, 1 de agosto de 2012

La mala memoria histórica

Llevo realmente poco tiempo con esto del blog

Todos los días, cuando en los momentos de máxima indignación… perdón, de inspiración me siento delante de la pantalla vacía, pienso… ¿Qué puedo hoy comentar?

Se me vienen múltiples temas a la cabeza y empiezo a escribir sobre cualquiera de ellos.

Es un ejercicio literario simple, que me sirve de desahogo personal. Me libera la mente, me reconforta y me hace desprenderme de una carga adrenalínica que de otra forma, cualquier día podría hacerme reventar, siempre literalmente…

No hago un ejercicio previo de calentamiento, no escribo borradores y voy volcando las ideas conforme afloran a mi consciente.

Cuando termino poniendo mi rubrica al final de lo escrito, rara vez vuelvo sobre mis líneas para ver el dibujo de mis pensamientos sobre los párrafos escritos, porque tocarlos, revisarlos o corregirlos les quitaría la impronta de mis sentimientos que de forma inadvertida se vuelca en cada una de las letras del texto, dotándolas de una vida, casi propia, sobre la que no creo que tenga ningún derecho a reconducir.

Así, escribo de políticos y de política, de acciones y de reacciones, de lo hecho y de lo que queda por hacer, del pasado y del futuro, de izquierdas y derechas, de victorias y de fracasos, de todo y de lo contrario, de recuerdos y de olvidos.

Después, una vez cuelgo el post, lo leo como si no fuera mío, desde el punto de vista del lector más critico, y en silencio, me hago comentarios que asiento en mi memoria para intentar evitar los fallos que, fruto de la espontaneidad, se reflejan en mis escritos.

Eso, me hace ejercitar la memoria, que siempre está bien, y reflexionar sobre los temas que yo mismo he plasmado en el papel. Siempre hay algo más que tendría que haber puesto, o alguna frase que sobra, algún olvido, que a veces parece intencionado y alguna fantasía que solo cobra vida en el papel.

Ejercitar la memoria…

A nuestros políticos es un ejercicio que se les ve que practican poco…

En mis recuerdos, ya antiguos, guardo la imagen de mi padre leyendo la prensa diaria. De aquel recuerdo, guardo la costumbre de iniciar la lectura de los periódicos por la contraportada. Decía mi padre que de esa forma leías primero lo bueno, lo intrascendente, ya que las primeras paginas siempre estaban cargadas de malas noticias y de importantes titulares, que merecían un tiempo y una concentración extra para su lectura.

En estos días, he leído en algún sitio que Rita Barberá, ha retirado el titulo de alcalde honorífico de Valencia al Generalísimo Francisco Franco, y pensé, ya era hora, por que ese cargo, aun honorífico, no resiste el más mínimo análisis histórico. Como puede ser que a estas alturas de la democracia se mantenga como honorable la figura de un dictador… ¡Sorpresa!... ¡Lo ha hecho por orden judicial!

O esta señora tiene muy mala memoria histórica o guarda un recuerdo agradable del dictador. Quiero pensar que es un fallo de memoria, porque de no ser así, se identificaría con el y no puede ser que alguien que defiende la figura de un tirano se mantenga en el poder político.

Definitivamente, tiene que ser mala memoria…O no...

También he leído que nuestro ministro de justicia ha renovado al nieto del General Gonzalo Queipo de Llano, su heredero natural, un titulo nobiliario. De nuevo tiene que ser un error… ¡Pues no! No es un error. Se le concede (y lo firma alguien que sin duda reconoce los valores del marques, y el trabajo que hizo por España) la renovación de un titulo nobiliario a un personaje que la historia ha marcado como uno de las más grandes asesinos y violadores de nuestro muy reciente pasado, un titulo que marca a aquellos agraciados como personas que han hecho mucho por su patria o país: Asesinar a mas de 110.000 españoles y violar y mandar violar a miles, muchas miles de mujeres…

No es mala memoria…

He leído que en Granada, un grupo de defensa de la memoria histórica colocó el día 20 de julio, en el lugar señalado como el de la muerte por fusilamiento de casi 4.000 personas por parte del régimen golpista, la tapia del cementerio de la ciudad, una placa conmemorativa, para que el olvido no arrastre tan singular sacrificio. El Excelentísimo Ayuntamiento de Granada (no se por que se mantiene lo de excelentísimo, si dentro ya no queda nada excelente…) seis días después, ha ordenado su retirada. No es que no le gusten los símbolos que manchan el pasado, pues en el mismo centro de la ciudad, mantienen un monolito dedicado a esa gran persona, fascista ella, que fue José Antonio Primo de Rivera… Cada año, se repite este ritual, los que quieren recordar a las victimas cuelgan su placa, una triste placa con el texto “A las víctimas del franquismo, fusilados en esta tapia por defender la legalidad democrática de la República”, y los que quieren recordar al dictador, al tirano, al asesino, ensalzarlo y hacer una historia a su medida, lo quitan.

No es mala memoria…

En Salamanca, en su Plaza Mayor, sobre sus bellísimos y sombríos soportales, permanece adherido por el tiempo, desde 1936, un medallón con la efigie del tirano, que aunque son muchas las voces que piden su retirada, el Señor Alcalde, D. Alfonso Fernández Mañueco, se resiste a retirar. Dice este señor que también hay un medallón de la segunda republica y que nadie le pide que lo retiren. No tiene en cuanta, que ese medallón es parte de nuestra historia, el de la segunda republica, y el otro, el del Generalísimo, es parte de una rotura histórica de más de 40 años, que simboliza un tiempo dictatorial y de tiranía donde se suspendieron tofos los derechos de los españoles.

No es mala memoria…

Mientras tanto, el ejecutivo va recuperando en su memoria cada uno de los criminales actos del genocida y de sus ayudantes…

Mientras, nos retraen a tiempos pasados.

Mientras, impiden que la dignidad de los muertos y sus familiares pueda ser recuperada.

Mientras, denigran a los jueces que defienden esa memoria.

Mientras, nos someten y nos intentan convencer de que son “El partido de los trabajadores”.

Mientras, favorecen al gran capital y nos sumen e la ruina.

Mientras, pretenden, con sin igual sutileza, destruir el estado de las autonomías.

Mientras, desmontan el estado del bienestar.

Mientras, van a misa los domingos, se confiesan y comulgan y salen limpios y perdonados, con renovadas fuerzas a castigar al pueblo.

Mientras, nos someten a los designios de una Europa derechizada.

Mientras, vuelven a intentar romper nuestra historia.

Mientras, nos esclavizan a su gran amo, el dinero.

Mientras, se corrompen y consienten la corrupción.

Mientras, luchan contra el aborto y las uniones matrimoniales “no convencionales”

No es mala memoria… Para ellos son buenos recuerdos…

Recuerdan y añoran un tiempo de sometimiento del pueblo al que nos quieren volver a llevar.

Han iniciado un golpe de estado que, de nuevo, romperá España, y los corazones de los españoles, que desunirá familias y separará a los pueblos.

Vienen a por nosotros. El momento histórico está llegando…

Esta, la que está por venir, será otra historia, no la de nuestra memoria…

Nosotros, también recordamos…

Jose Ramiro, bloguero

El inocente indecente


Me llama poderosamente la atención como el gobierno actual aplica sin ningún pudor recortes y ajustes salvando a sus iguales, gente de buen vivir , empresarios afortunados, multinacionales y bancos mientras despiadadamente ataca a los parados, dependientes, niños en edad de empezar a prender, jóvenes universitarios y universitarias, funcionarios y funcionarias en general, jubilados y jubiladas, enfermos mentales y enfermos de todo tipo; como castiga a emprendedores, autónomos y pequeños empresarios, y como ataca por igual a médicos, maestros, bomberos, enfermeros y policías.

Se disculpan en una necesidad de España como país para cumplir con unos criterios impuestos desde Europa, que vienen a salvarnos, dicen, de un futuro caótico al que nos vemos abocados por una mala gestión de los gobiernos anteriores, por una herencia maldita que ahora todos tenemos que soportar

Es evidente que una parte de razón tienen, ya que no es entendible que esta situación sea fruto únicamente de los pocos meses que este ejecutivo lleva en el gobierno.

Las herencias, no siempre enriquecen, e igual que se heredan palacios y castillos, a veces, se heredan las deudas de nuestros antepasados.

Si, la situación heredada no era la deseada. Quizás, solo quizás, ese sea el porqué de los recortes, las leyes injustas, los apretones de cinturón y las medidas, a veces desproporcionadas, que venimos sufriendo en estos tiempos.

Arrastrábamos una situación de ocultación premeditada en las cuentas de los bancos, solo sostenible desde el consentimiento de la entidad que debe controlar la limpieza de sus cuentas, EL Banco de España, ejecutor de un control no realizado y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que así mismo debe velar por la realidad de los valores bursátiles que salen al mercado.

Arrastrábamos unas inversiones desproporcionadas para el país que somos y en muchos casos absolutamente inútiles, solo realizadas por la conveniencia política de algún personaje o por corruptelas habilitadas para el enriquecimiento de los ya de por sí ricos.

Arrastrábamos un mercado laboral sin soporte y un tejido industrial ya hecho jirones.

Arrastrábamos una burbuja inmobiliaria que todos sin excepción sabíamos que tenia que reventar algún día.

Arrastrábamos un ficticio estado del bienestar soportado en los créditos que el estado español iba vendiendo poco a poco.

Arrastrábamos una administración agigantada, repetitiva y burocratizada, innecesaria y tremendamente cara e inútil en muchos casos.

Arrastrábamos un número inmenso de dificultades generadas en los gobiernos anteriores y que aun con la mejor de las voluntades, no supimos, no quisimos o no pudimos solucionar.

La problemática actual no es fruto de este gobierno, si no también de los anteriores, de tal modo, que ya el primer gobierno de la democracia, aquel que tuvo como presidente a D. Adolfo Suárez, inició un camino de recuperación de una España, heredada del Franquismo, tan necesitada de ella, y que con el devenir de los tiempos, nos ha traído hasta aquí.

Somos un ejemplo histórico de cómo hacer una transición de un régimen dictatorial a una democracia, aunque, quizás, nuestro error haya sido conseguir tanto, tanto, en tan poco tiempo.

Soy persona de izquierdas, pero no por ello quiero que eludamos una responsabilidad de la que somos partícipes, por acción o por omisión.

Es  cierto que la burbuja inmobiliaria comenzó en la era de Aznar, pero cuando un gobierno de izquierdas tuvo la posibilidad de desinflarla, no lo hizo.

Es cierto que el gobierno de González fue el de los grandes logros sociales y es cierto que el gobierno actual los está eliminando sin piedad, que ha mentido a sus electores para llegar al poder, y que no es creíble el desconocimiento que aducen de la situación heredada.

Es cierto que todos los gobiernos han pasado la mano por el lomo de los banqueros y han permitido, por una parte el enriquecimiento de los mismos y por otra la estafa continuada que significaba la ocultación de sus números negativos y sus activos tóxicos.

Ahora bien, reconocer que la situación no es la mejor, no implica la justificación de medidas que no ayudan al país y perjudican a tanta gente

Es costumbre de nuestros políticos, cuando están en una situación, digamos apretada, señalar al otro lado de las gradas, confesarse inocentes y declarar públicamente la culpabilidad de los que estaban antes o de los que están enfrente.

Es una costumbre arraigada y que con este gobierno ha llegado al clímax de su utilización.

“Inocencia” es un término que define el estado del alma libre de culpa y pecado. Esto solo es aplicable a los que tienen alma, que parece que no es el caso de nuestra clase política actual. El alma, alberga sentimientos y no la frialdad de un gobierno que solo se mueve a impulsos de cifras macroeconómicas, que bien manejadas, dirían lo contrario de lo que dicen y dictan leyes y medidas perjudiciales para la gran mayoría. Que marcan un ritmo y unos plazos a los ajustes imposibles de sobrellevar por los ciudadanos medios. Son unos desalmados… y el alma cristiana que deben tener, esta muerta o desaparecida…

“Inocencia” es estar libre de culpa de algún delito o acción. No es el caso, todos son culpables, unos por conseguir, otros por consentir, otros por participar delictivamente y los más, por volver la cabeza hacia los que más tienen y no dirigir la mirada hacia quienes los necesitan…

Son culpables de la situación que tenemos y son culpables de buscar soluciones solo para quienes, interesadamente, les apoyan en sus teorías  neoliberales…

Son culpables de mantener el estatus de la iglesia, de permitir que sigan con vida formulas de defraudación “legales” como las SICAV, de indultar el dinero proveniente de practicas oscuras, de encarecer la vida de los ciudadanos y mermar sus ingresos; de recortar derechos sociales y hasta humanos, de permitir y amparar la corrupción entre sus filas, de mal gobernar para el pueblo en favor de las grandes fortunas, de ignorar nuestras verdaderas necesidades y permitir la injusticia social y punitiva; de mantener una familia real que ya no reina y que anda sumergida en escándalos financieros y de corrupción, de romper familias, de impedir el progreso, de quitarnos educación y desinvertir en investigación; de desamparar al necesitado y no crear condiciones para el empleo, de hacer políticas restrictivas y no de crecimiento, de aplicar cargas impositivas insoportables y de intentar restringir la libre expresión del pueblo…

Son culpables.

Todos son culpables…

“Inocencia” define también el candor y la sencillez. Tampoco esta acepción los define. No hay candor en sus acciones y no hay sencillez en sus vidas. Cobran sueldos desproporcionados dietas y prebendas injustas y no las rechazan.

Lo doloroso no es que ahora no las rechacen, que no se quiten prebendas y privilegios, que se mantengan en una vida de ricos aun estando sumidos, como país, en la pobreza, aunque solo sea como gesto hacia un pueblo sacrificado; lo doloroso es que llevan disfrutando esos privilegios desde el nacimiento de la democracia, y nunca, nunca han hecho por renunciar a ellos. Ni estos, ni los otros…

No, no son Inocentes, son Indecentes…

Indecencia inconsentible en aquellos que representan al pueblo gracias al pueblo…

Jose Ramiro, bloguero.