lunes, 30 de julio de 2012

Los colmos del colmo…


Era yo muy jovencito cuando estaba de moda hacer chistes fáciles que siempre empezaban por ¿Sabes cual es el colmo de…?

Estos “chistes”, no siempre dotados de la suficiente gracia como para hacerte reír, (aunque en aquellas edades uno se reía de todo, hasta de su misma vida) siempre terminaban con alguna barbaridad imposible, que refrendaba la existencia de esa cosa que ya no podía ser más grande, más alta, más tonta, o más lo que fuera…´

Y es que la imaginación infantil, da mucho de sí, y era fácil imaginarse, como si de una realidad se tratara, a un señor que en el colmo de la paciencia metía una zapatilla en una jaula y esperaba, día tras día, de forma incansable, que empezara a cantar cual jilguero, o a un hombre, tan bajito, tan bajito, que cuando le pisaban un pie, le dolía la cabeza.

Eran fantasías infantiles, y con la llegada de la pubertad, empezábamos a comprender que estos “colmos” eran imposibles.

Aunque, leyendo el famoso libro de los récords, piensa uno que aquellos chistes, aunque en otro formato, siguen de moda. Récords imposibles y a veces cargados de idiotez con el solo fin de tener unas pocas líneas en un libro lleno de tonterías…

Pero así es la vida, siempre te sorprendes cuando alguien va más allá de lo razonable, cuando alguien sobrepasa los límites de lo posible, cuando alguien comete una barbaridad.

Yo últimamente, creo que el Guinness World Récords anda buscando nuevos recordsman  y los esta buscando aquí, en España. Debe “vestir” mucho aparecer entre las líneas del librito este, porque no se entiende de otra forma la constante contienda existente entre dirigentes, políticos y otras gentes del mal vivir por conseguir el colmo de los colmos.

El colmo de la sinvergonzonería y la desfachatez con la que Carlos Dívar exige una indemnización de mas de 200.000 € después de haber estado gastando dinero publico indecentemente, amparado en una “normativa interna” que se lo permitía.

El colmo del descaro y la injusticia social del Consejo General del Poder Judicial, al debatir si se lo dan y solicitar una ampliación de su presupuesto para poder hacerle frente (con dinero de todos los españoles), amparándose en una ley injusta que le concede tal prebenda.

El colmo del derechismo cristiano exacerbado de Gallardón al proponer la modificación de la ley del aborto, defendiendo el derecho a la vida de los que probablemente no tendrán más vida que el sufrimiento, suyo y de sus progenitores, no permitiendo la libre elección de ese sacrificio.

El colmo de la hipocresía, rayano en una actitud nazista, del mismo personaje al pedir la esterilización forzosa de los discapacitados, a los que su iglesia les niega incluso comulgar en Dios.

El colmo del desprecio hacia los desfavorecidos visto en Esperanza Aguirre al eliminar de un plumazo la escolarizacion de niños autistas en centros de atención temprana, reservando ese trato especial solo a los hijos de los ricos.

El colmo de la avaricia de una religión donde una pobres monjitas, se lucran con la comida donada para los pobres, revendiéndosela a estudiantes que la pagan bien pagada.

El colmo del aprovechamiento del pueblo cobrando dietas, salarios y resalarios a todas luces desproporcionados, desmerecidos e injustos.

El colmo de la defensa de los corruptos desmontando, desmantelando los departamentos anticorrupción que han logrado la imputación de alguno de sus iguales.

El colmo del desamparo de los poco pudientes, al elevar las tasas judiciales e impagar a los abogados del turno de oficio, consiguiendo la indefensión del ciudadano con pocos o ningún medio.

El colmo de la sordera de todo el gobierno al no oír a sus ciudadanos que le piden de voz en grito que se vayan, que convoquen elecciones ya.

El colmo del favoritismo descarado por la Santa Madre Iglesia al votar contra una resolución que solo pedía que se igualara con el pueblo que pastorea.

El colmo de …, de … no se como llamar a la rebaja planteada de un 10% de las pensiones de nuestros jubilados.

Estoy seguro, que en realidad, todo esto es una estrategia con la que intentan conseguir el gran récord, el gran colmo entre los colmos. Vestir a España y los españoles de una idiotez, de una pasividad y un consentimiento que no se corresponde con la realidad.

Como muchos de los récords que se reflejan en el Guinness, este, esta amañado, comprado por los que quieren una España empobrecida y fácilmente controlable, una España de los privilegiados y al servicio de ellos, una España rota y vuelta a unir con ese pegamento que tan bien saben utilizar del “Una, Grande y... ¿Libre?”.

Quizás, deberíamos ayudarlos a batir un récord que nos llenaría de satisfacción a la gran mayoría: Que este gobierno déspota y dictatorial, injusto y corrupto sea el gobierno que menos ha durado de nuestra corta historia democrática.

Este no seria un récord amañado. Seria real. Tan real como aquella imagen fantasiosa de la zapatilla en la jaula que todos terminábamos viendo cantar…

Jose Ramiro, bloguero