Dicen y defienden los
entendidos en esa especie de festival de sangre que son los toros,
convertidos a base de subvenciones, si
no en todo en parte de la imagen de España, esa que tanto preocupa a nuestro
gobierno, y que nos emperramos en destruir aquellos que peleamos contra sus
injusticias, que lo que distingue a un toro bravo bueno de uno malo es la
nobleza del animal. Entiendo que el concepto "nobleza" se usa como sinónimo
de sometimiento, ya que se da por bueno al toro que acompaña a su matador en
sus cabriolas y pases mientras que aquel que se defiende, que lucha por su vida
y utiliza sus armas contra su oponente se califica de mal toro, de mala bestia,
de animal asesino.
El toro de raza Brava, que
tanto defienden los taurómacos que disfruta de una vida llena de placeres solo
por que detrás está esa fiesta maldita que lo conduce a la muerte, en su
comportamiento animal, lo razonable es que se defienda, que luche por su vida y
arremeta no contra la burla del capote, sino contra el que tanto daño le esta
causando, el hombre.
Así lo ha entendido
nuestro ministro Wert, que ante la adversidad dice crecerse como el toro en la
plaza, solo que el va por la persona, obvia el capote y apunta al cuerpo de la
sociedad.
Poca nobleza demuestra. No
pretenderá que el público lo indulte tras ese mal comportamiento. Un toro así,
alejado de la "nobleza" que se le supone a su raza, solo merece la
muerte rápida a manos del maestro.
Ayer, día de la
constitución los que con impunidad la violan a diario, verdaderos artistas de
pasar bajo su capote la voluntad del pueblo, celebraron el cumpleaños de
nuestra carta magna, ley de leyes rota por nuestra clase política.
Poco que celebrar cuando los
derechos fundamentales declarados ya no
son considerados tales sino privilegios.
Poco que celebrar cuando
el marco constitucional permite aberraciones como las que día tras día vemos
legislar, que en lugar de mejorar nuestro marco de convivencia, lo ensucia, lo
estropea, lo deshace, reformando lo que esta bien y construyendo leyes que
atacan al pueblo y a sus derechos, rompiendo la igualdad, favoreciendo al rico,
generando una sociedad de clases, de ricos y de pobres, obviando el maltrato y
la singularidad del que se siente distinto, luchando por cumplir con la Santa Madre Iglesia
en un país que constitucionalmente es laico...
Una ley de leyes
modificable al antojo de los gobernantes que ya no nos ofrece protección contra
el gobierno por decreto y que violenta las mas esenciales normas democráticas,
que mantiene como máximo representante del pueblo a un rey sin reino pero
habituado a una vida de reyes, que cobija en sus tripas lo peor de la
sinvergonzonería española, y lo que es peor, atendiendo necesidades que no son
del pueblo, sino de los amos de la deuda, bancos y entidades crediticias que se
comen nuestro tesoro, que rompen nuestro ámbito laboral y que destruye, mas que construye, el poco
empleo que queda en España.
Ahora, tras la
modificación pactada entre PSOE Y PP en la anterior legislatura de forma casi
traicionera, pocas fechas antes de entregar el gobierno al plebiscito popular,
que todos sabían que daría el poder al PP, en la que se antepone la obligación
del pago de la deuda al bienestar de los españoles, todos se felicitan de la
"buena salud" de nuestra ley marco, aun cuando saben que ha pasado de
ser la carta de derechos fundamentales a la carta de nuestras obligaciones
irrenunciables.
Los destrozavidas que
re-redactaron el articulado para permitir la infundia, estarán celebrando su
"buena faena"
Mientras, siguen
indultando ladrones y corruptos, violadores de las leyes que maltratan al
ciudadano, siguen apareciendo casos de corrupción en todos los ayuntamientos de
España, sean del signo que sean, en las diputaciones y en los gobiernos
regionales, y como premio, en vez de pedir que le corten el rabo y las orejas a
tanta bestia política que campa y se alimenta de nuestros votos, los
aplaudimos, lo celebramos con un blanco pañuelo en alto y ni siquiera pedimos
el cambio de tercio...
La ciudadanía, dando
muestras de autentica nobleza, entra al capote, ayuda a que la faena sea
vistosa y guste en ámbitos europeos, pensando quizás, que al final de la faena,
llegara el merecido indulto.
Detrás del indulto, salvo
que al toro le quede fuerzas para reproducirse sobre lustrosas vacas y crear
mas toritos sumisos, lo que le espera a la noble fiera es el matadero, no como al frustrado matador, indultado por las bestias corrida tras corrida, al que le espera fama y dinero...
Aprendamos de la autóctona
raza toril de nuestros campos. Solo la fiereza, no la nobleza, lucha contra el
torero, verdadero aprendiz de matarife.
Tanta nobleza, lleva a
impregnar la imagen de España de esa pegajosa mancha del "spain is
different" que tanto nos marco en épocas de la dictadura.
Hoy, seguimos siendo
diferentes, subyugados por un poder cuasi dictatorial de los gobiernos que
nosotros mismos ponemos al mando, bajo la amenaza cada día menos velada de una
intervención militar en defensa de la unidad de España, de una intervención
militar sin duda con la buena intención de volver a hacernos libres de la
esclavitud de esta tontería que llamamos democracia...
Los políticos, parapetados
detrás de unas leyes hechas por y para defender sus corruptelas, sabiéndose
inmunes ante la ley, que en manos del ministro de turno los terminará
indultando, si es que algún juez se atreve con ellos...
Nobleza obliga dicen...
El mas noble de los
comportamientos es el de mantenerse en pie ante tanto despropósito, luchar
contra la gradual pero siempre creciente injusticia, el abuso de poder y una constitución
obsoleta y ajustada a los criterios de ladrones y abusadores.
Los toros están en las
calles, a ver quien es el "artista" que se pone frente a tan salvajes
bestias... Por quitarnos, nos han quitado hasta los burladeros... Ya solo nos
queda mantenernos en el ruedo y cual Don Tancredo, aguantar firme el envite y
... "que no nos pase ná"
Buena faena la que nos
están haciendo...
Jose Ramiro, bloguero